Miguel Fernández siempre tuvo claro que la educación no tenía por qué ser aburrida. Se formó como maestro de primaria en la Universidad de Cantabria, donde aprendió que enseñar no es solo dar clases, sino despertar curiosidad y ganas de aprender.
Con esa idea en mente, fundó Clases Particulares en Ávila, una academia donde los alumnos descubren que el estudio puede ser mucho más que memorizar y repetir. Pero como las aulas se le quedaron pequeñas, decidió lanzarse a Internet con su canal de YouTube, también llamado Clases Particulares en Ávila. Ahí comparte historia, ciencia y curiosidades con cientos de miles de personas que, sin darse cuenta, acaban aprendiendo mientras se divierten.
Ahora, con este libro, sigue su misión: demostrar que el conocimiento es una aventura, y que cualquiera puede disfrutarlo con la perspectiva adecuada.